jueves, 22 de mayo de 2014

Presión

Es esta presión en mi interior que no me deja dormir...
Este dolor incansable que a mi alma hace morir...
Esa sensación de tristeza sin estar aparentemente triste...
Esta desesperanza que tanto he evitado debido a que tú la odiaste…
Yo sólo quiero ser yo, ya me cansé de usar las mentiras, pero no puedo evitarlas... De mis mentiras dependen las emociones y estabilidad de otras personas...
Quiero pensar en mí… ¿Por qué cargo con esta maldición?

A veces esta presión es tan grande que dejo de respirar unos momentos, esperando si tendré suerte y moriré lentamente con los ojos cerrados.
¿Por qué me siento triste a pesar de estar tan feliz?
¿Estoy insatisfecha con algo?
Cuando todo se oscurece y las estrellas se vislumbran en el firmamento, el viento mece las hojas creando una caricia invisible que me cubre cuál manto; ese, mi único abrazo y arrullo de buenas noches, es el gesto más cálido que poseo.
No soy una niña, pero me siento como una. Quiero ser puramente yo, quiero jugar, correr, decir lo que quiera sin prudencia alguna, reír sin complejos de mi risa, llorar sin importar lo que los demás digan, ser egoísta y hacer lo que quiera por mi bien…
Me imagino despertando con tranquilidad, sin lágrimas por derramar y sin gritos que escuchar. Ahhh, pero esta presión que me carcome cual piraña no me deja avanzar.
Maldito sea el día en que mi tolerancia se desarrolló, maldita la hora en que antepuse sentimientos ajenos a los míos. Si a nadie le preocupa desinteresadamente pensar en los demás ¿He de seguir preocupandome?
NO
Es esta presión la que me ciega con sus telarañas, esta presión que me aprisiona con sus cadenas que me dejan en carne viva la piel de las muñecas…
He de dejar a un lado esas situaciones… Me dolerá incluso más que lo que me duele pensar en el dolor de los demás, pero es la única manera…
Si no cumplo mi cometido moriré. Sea natural, sea accidente o sea…Por mi causa.
Pasan los días y no lo entiendo, ya me cansé. Suplico al Padre terrenal que me dejó atrás y a los padres celestes que vieron nacer el mundo. Me siento en el pasto y susurro “Ayudenme... Este dolor es insoportable... Quiero dormir por siempre junto a aquel a quién más quise en mi existencia”
Pero me detengo… No puedo, no aún. Mi novela, mi hermano, mi madre, Isaac, Anahel, Panayú, el coro e incluso mi amigo David.
No, ellos sufrirán si me voy, no, aún no.
Me trago mis plegarías…
No
Todavía no… Lloró. Ya no quiero, todavía puedo, pero ya no deseo seguir… No obstante mi maldición vuelve a aparecer…
Ni siquiera puedo dejar esta Tierra, ni siquiera puedo ser libre así…
Afuera: Sonreír, sonreír. Estoy bien, estoy bien *sonrisa* *cambio de tema* sonrisa* *hiperactividad* *frustración*
Adentro: Llorar, llorar. No, no estoy bien, esta presión me intoxica… Ayuda, no, no me ayudes… Puedo… No, no puedo. Si… No… Si… Frío… No me odies, o, mejor sí. Ódiame, lo prefiero, puedo con ello. Si. Es mejor si me odias. Déjame, márchate, yo puedo. No puedo. Puedo. ¿Por qué te vas? Ah sí, te lo dije. Está bien, veté, yo puedo. *Presión* Todos me dejan… Pero yo así lo quería. Sí, yo… Lo quiero… *Lágrimas**Risa* PUEDO!!!!! *Lágrimas*
 Estoy saliendo del infierno.
Ahhh… Esta insoportable presión.

Oh, ya es hora de dormir.