jueves, 19 de junio de 2014

Lo sabía...

Hasta cierto punto lo he sabido, desde pequeña lo sentía, pero supongo que mi mente me engañaba haciendome creer que no es cierto.
Yo he sabido desde hace bastante que la única persona que siempre estará ahí, me querrá a pesar de mi "bipolaridad" y no pretenderá mentiras frente a mis ojos... Soy yo.
No me sentiré triste, debo tragarme estas ridículas emociones que pugnan por salir resbalando de estos melancólicos ojos verdes.
No debe ser razón de tristeza, no es suficiente, lo sé al igual que sé muchas otras cosas.
¿Por qué será que las personas no me hacen felices?
No lanzo dicha pregunta como un reproche, tampoco para alentar que alguien me haga feliz; simplemente es una pregunta que susurro al viento para dejar de sentir que las palabras me estrangulan. Soy la culpable de este infame sentir en mi interior. No pretendo apuntar a nadie más que a mi... Después de todo, soy yo la que no es feliz por completo con nadie.
Sé la respuesta, la conozco desde niña.
Todos se llevan un pedazo de mi, soy bastante idiota y confiada para dejar que se lleven como recuerdo una parte de mi alma.
Seguro, si sigo a este paso, terminaré pronto vacía, he dado lo poco que tenía para dar.
Lo que, no obstante, causa dolor en mi interior como si hubiese tragado fuego infernal... Es el hecho de que nadie habla con la verdad, con silencios pretenden ocultarla, guardan el secreto cuál tesoro pirata, mienten maravillosamente bien y, por supuesto, aparentan que todo esta bien.

Yo... No moriré por seres así, no. ¿Por qué he de morir debido a esas insignificantes circunstancias? Duele, sí, pero (aunque odio el dolor) yo sé que no me dejaré caer.